EL EGO
“El ego es como tu perro. El perro tiene que seguir al amo, y no el amo al perro. Hay que hacer que el perro te siga. No hay que matarlo, sino que domarlo”
Alejandro Jodorowsky.
El ego, el yo, el otro, la personalidad, no es algo que sea tuyo en realidad. El ego no es sino es un conjunto de automatismos que provienen de tus padres, de tus profesores, de tus amigos, de la cultura en la cual te criaste de niño, de la música que se encontraba de moda, del medio donde viviste, del contexto social, político y económico en que naciste, es lo que se espera de ti, conceptos acerca de que es el un buen hijo, un buen padre, un buen amigo, un buen trabajador, todo esto en realidad no es tuyo: lo puso otro en ti y conforma tu yo, tu personalidad, tu personaje.
Estableciendo un símil informático, podemos decir que el ego está conformado por todos los programas que tienes en tu computadora, algunos te gustan, otros no te gustan, unos entiendes para que son, otros no, algunos ni sabes que están allí. Y otros son virus o ralentizan tu computadora. Al ego también lo compone un elemento muy singular en este símil: la pantalla de tu computadora, la personalidad.
Al ego no lo puedes eliminar. Sin el ego, no podrías interactuar con el mundo físico ya que se vincula no sólo con tu personalidad y tu cuerpo físico, sino que también son programaciones a veces útiles ya que nos defienden contra agresiones del mundo exterior.
El ego, como cité al principio del artículo de las palabras de Alejandro Jodorowsky tiene que estar al servicio del Sujeto, del Ser, y no a la inversa